viernes, 27 de marzo de 2009

Ensayo sobre la lectura

Buscando entre mis documentos encontré este ensayo hecho en el primer semestre de mi carrera, lean y comenten:

¿Eres un lector?

En la sociedad actual cabe apartar un momento para preguntarnos si somos lectores, ya que la importancia de esto deriva en nuestro desempeño, sea bueno o sea no tan deseado, en todos los ámbitos de la vida.

Ser un lector implica tener despierta la creatividad y la imaginación, que en la vida adulta nos ayuda a encarar los problemas con mejor actitud, encontrando nuevas alternativas para resolverlos.

Al comparar los beneficios que obtiene un lector con un espectador televidente los resultados se inclinan evidentemente al lector. Podemos citar un estudio publicado en la página virtual de La Casa del Árbol, una agencia peruana fomentadora de la lectura, que nos sugiere:

  1. Una persona que lee, en general será más independiente intelectualmente que uno que solo ve televisión. La televisión con sus imágenes, presenta una versión de la realidad, el libro al no presentar imágenes, deja la mente libre para imaginar y sobre todo cuestionar”1.
  2. Al leer un libro se requiere más esfuerzo que al mirar televisión, por lo cual brinda al lector una satisfacción de haber realizado una tarea difícil, aumentando así su seguridad.
  3. La lectura es esencial para dominar el lenguaje, con esto se torna más fácil llevar mejores relaciones interpersonales y expresar sentimientos e ideas.
  4. Y una de las más importantes, “la lectura es la base de la educación y la educación es el factor esencial de igualdad social en el mundo. Un niño que siente placer al leer un libro, será un adulto capaz de utilizar la lectura como una herramienta básica para poder desarrollarse con éxito en la cada vez más competitiva sociedad actual”.


Por ello me pareció importante definir que es un lector, para así cerciorarnos de ser uno y gozar de todos los bienes brindados a estos.

La palabra lector deriva de una raíz latina, su significado más evidente es de definir a una persona que lee en silencio, pero también se utiliza para designar a una persona que lee en voz alta.

A pesar de esta definición un poco abstracta sería prioridad sincerar y aplicar más nuestra cotidianidad par concebir una definición, y más allá de eso sus características básicas que serán imprescindibles para amoldarnos a ellas.

Aplicando la definición antes dada podemos partir de la premisa de que todo aquel que puede leer, en silencio o a “vox populi”, es un lector. Partiendo de allí podemos ir añadiendo algo más, el lector debe cumplir con el objetivo de la lectura. Weaver nos plantea tres definiciones de lectura, que deben ser tomados como objetivos, estas son:

  • Saber leer significa saber pronunciar las palabras escritas2.
  • Saber leer significa saber identificar las palabras y el significado de cada una de ellas2.
  • Saber leer significa saber extraer y comprender el significado de un texto2.

Por lo cual ya tenemos un concepto más cerrado; no solo es la persona que puede descifrar un código, sino también debe saber la pronunciación correcta de lo leído, saber el significado y por sobre todo entender la idea globalizada del texto.

En este sentido la sociedad ha dejado atrás al verdadero lector para llegar a ser solo espectadores de programas, o meros descifradores de códigos que nunca llegan a cumplir con el cometido de la lectura.

Hoy día, en los recientes estudios se puede dilucidar el resultado del descuido o ignorancia de este tema: analfabetas funcionales, estado alarmante de la comprensión lectora en los estudiantes de educación superior, y que reciben compañía de profesores mal preparados. Esto último se reviste de una importancia extrema, ya que un estudiante eficiente, es decir, un lector competente depende directamente del contacto con maestros de calidad. Por lo cual debemos colocar énfasis no solo en aplicar medidas que en cierta forma mejoren la interacción entre el lector y el texto sino la compenetración entre el texto y el profesor, ya que debemos (y me incluyo) ser los propagadores de tan preciados tesoros literarios (¡siempre y cuando el texto a leer sea de edificación! No malentiendan).

Al leer creamos un puente entre el conocimiento y nosotros, permitamos entonces que nuestra sed de conocer sea saciada al transitar por dicha estructura, y al establecer este camino poder guiar a otros a través de el.

Para concluir quisiera dejar para reflexión estas palabras que deberían ser atesoradas por todos los que profesan ser educadores:

“Un libro abierto es un cerebro que habla; cerrado un amigo que espera; olvidado, un alma que perdona; destruido, un corazón que llora.3

Permitamos que nos hable.


Citas Textuales:

  1. http://i-elanor.typepad.com/casadelarbol/2005/12/beneficios_de_l.html
  2. Birkerts, Sven. The Gutenberg Elegies. The fate of reading in an electronic age.
  3. Proverbio Hindú

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